21 de marzo de 2008

Frases exquisitas de Oscar Wilde

  • La opinión pública sólo existe donde no hay ideas
  • No hay nada como el amor de una mujer casada. Es una cosa de la que ningún marido tiene la menor idea.
  • No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo.
  • Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más
  • Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo
  • Los niños comienzan por amar a los padres. Cuando ya han crecido, los juzgan, y, algunas veces, hasta los perdonan
  • El trabajo es el refugio de los que no tienen nada que hacer
  • Que hablen de uno es espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen
  • Ningún gran artista ve las cosas como son en realidad; si lo hiciera, dejaría de ser artista
  • Cuando me da por pensar de noche en mis defectos, me quedo dormido inmediatamente
  • Los hombres casados son horriblemente aburridos cuando son buenos maridos, e insoportablemente presumidos cuando no lo son.
  • Adoro los placeres sencillos; son el último refugio de los hombres complicados
  • La educación es algo admirable. Pero es bueno recordar de vez en cuando, que nada que valga conocerse puede ser enseñado.
  • El que dice la verdad, puede estar seguro que tarde o temprano será descubierto
  • Uno debiera ser siempre un tanto improbable.
  • La puntualidad es una pérdida de tiempo.
  • Puedo resistir todo, excepto la tentación.
  • No soy tan joven como para saberlo todo.

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