2 de agosto de 2006

Esperando la carroza

(y otros medios de locomoción del alma). ¨ Que los que esperan no cuenten las horas ¨ dice Joaquín Sabina. Creo que hay pocas cosas más feas en esta vida que esperar. Esperar es una ¨ pérdida de tiempo ¨, valga la redundancia. Pero con esto no me refiero al tiempo de espera en sí. Sino más bien al estado de ansiedad y de inquietud que nos invade al esperar algún suceso o acontecimiento, lejano o próximo. Perdemos tiempo precioso preocupándonos por cosas que quizás sólo existen en nuestro ¨ mapamundi ¨ interior. En nuestro enroscado cerebro. Vivimos planificando el futuro, premeditando todos o casi todos nuestros actos. Es como comprar algo y pagarlo en cuotas. Uno va pagando cuotas de preocupación, quizás tristeza, a veces alegría (porqué no? ), pero de todas formas, siempre viviendo en un tiempo que no es el presente. Y lo más neurótico de todo esto es que las cosas nunca suceden como lo planeamos, simplemente saldrán mejor o peor. Hay ocasiones en las que elegimos inconscientemente una especie de ¨ realismo mágico ¨ como forma de vida. Prestamos atención a asuntos triviales que nada tienen que ver con la verdadera esencia de las cosas importantes. ¨ La verdad se impone al alma ¨ decía Platón à bulshit!!! (pura mierda). Discúlpenme los fieles seguidores de este gran filósofo griego, pero a mí parecer, la vida sería muy fácil, monótona y aburrida si esto fuera cierto. Porque no buscaríamos progresar y quedaríamos estancados... Como dice una canción de Björk ¨ La necesidad es grandiosa ¨. Aunque paradójicamente odiamos necesitar. Necesitar ser completados por factores externos materiales, y...por el afecto de otros seres. Estamos enfrascados en una sociedad que invirtió totalmente lo que debería ser el verdadero orden de importancia de las cosas. Y la única manera de salir de ese circulo vicioso sería hacer contacto con las necesidades internas de nuestro propio ser. Suena egoísta, pero para relacionarse bien con los demás seres hay que estar en primera medida bien con uno mismo. Saber disfrutarse, y no esperar aprobación de los demás. Si los demás lo aprueban, muchísimo mejor, pero no siempre la respuesta está afuera de uno. No esperemos a ser felices cuando sea navidad, o cuando llegue el verano, o cuando cobremos, o cuando adelgacemos esos molestos kilitos de más, etc. Porque la vida es efímera, y verdaderamente no sabemos si hay otras vidas, por las dudas, disfrutemos de esta. No seamos mediocres emocionales, porque lo peor que puede haber es vivir a medias. Y vivir sin medias es cagarse de frío. Nada más!

No hay comentarios.: