24 de agosto de 2006

Puñales en el corazón

Una vez, me comentaron que escucharon por ahí a Alejandro Dolina hablar de los puñales clavados en el corazón. Algunos son clavados por la espalda. Me dijeron que decía que cuando uno tiene los puñales clavados en el corazón, debe proseguir con su vida. Hacer las cosas que uno debe o que hace habitualmente de todas maneras. Tiene que ir a trabajar? Vaya. Tiene que ir al supermercado a comprar los fideos? Adelante. Quedó en salir con amigos? Asista. Es muy difícil seguir adelante con la vida cuando uno tiene una spinetta clavada en el corazón. Todo se torna negro. Vamos caminando por las calles y los árboles parecen querer atraparnos con sus ramas e inmovilizarnos. De hecho, cuando estamos tristes, todo nos inmoviliza. La cama nos chupa, nos absorve cual aspiradora gigante y demoníaca. La televisión, la radio, todos los medios masivos ( y también los pasivos) parecen burlarse de nuestras desgracias. Todo los temas ajenos a ¨ nuestro tema ¨ se tornan superluos, triviales, banales, fútiles, mediocres...Y odiamos a la gente feliz. El césped del vecino simula ser de un color verde esmeralda, que danza cuando el viento toca su música. Si llueve, nos relajamos un poco...porque da la impresión de que nuestro estado de ánimo hace juego con el clima impredecible. Es evidente que hay puñales que duelen muchos más que otros. No es lo mismo un problema de índole amoroso, que uno de trabajo. O la muerte de un ser querido. En la vida todo depende, el problema es que la subjetividad del cosmos no nos permite saber de qué depende lo que depende. Pende de un hilo la objetividad al fin y al cabo. Las heridas del corazón, son como las de la piel. En la mayoría quedan cicatrices. Y siempre se cierran, créan me...pero quedan marcas. Que duelen con la humedad de los recuerdos. Pero hay que seguir... después de todo puñales hay en todos lados y son inevitables.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"El mundo es un lugar lleno de ausencias... Uno no está en casi ninguna parte."
(Alejandro Dolina, "Crónicas del Angel Gris").

Te quiero, bombona!

(la maggior de tus hermanas)